Grandes preguntas surgen al abarcar el tema de los estereotipos ¿De dónde nacen? ¿Cuál es el papel real de los grupos y la sociedad en este aspecto? Fácilmente podríamos responder “es todo culpa de la sociedad y sus roles”, “la sociedad de hoy en día y sus prejuicios son los verdaderos responsables de todo esto”. Sí, claro pero… nosotros también somos parte de esta sociedad. Nosotros también colaboramos con la creación de estos estereotipos a través de nuestra cognición social.
A lo largo de la vida, especialmente durante la adolescencia, gran parte de nuestro tiempo lo dedicamos en pensar en los demás: ¿Por qué estudia tanto? ¿Por qué es tan flojo? ¿Por qué se viste así? ¿Qué clase de música es esa que escucha? Claro, porque toooodos tienen que pensar igual que nosotros ¿cierto? En realidad esta idea presente en nuestras cabezas es debido a una de las tendencias que tenemos: El efecto del falso consenso, la idea de que los demás piensan igual que nosotros. Y ¿qué es de aquellos que piensan diferente? Pues podemos a llegar incluso a prestar mayor atención a la información negativa y ser más escépticos acerca de sus opiniones.
Creamos estereotipos a través de las atribuciones sociales que realizamos. Es un proceso de inferencia de las causas de comportamientos de los demás utilizando cierta información que poseamos. Pero al no poseer la información completa, sino parcial nuestra inferencia puede llegar a ser equivocada. En resumen, los estereotipos nacen a partir de estas creencias en un plano puramente cognitivo. Por otra parte en el plano afectivo, las actitudes que tengamos frente a estos estereotipos pueden derivar en dañinos prejuicios, discriminaciones (“es un nerd ¿por qué te juntas con él?”) que pueden derivar en severos daños a la autoestima de la gente que nos rodea.
El problema radica en que cuando se enfrentan lo cognitivo y lo afectivo, las personas se dejan llevar más por lo afectivo. ¿Qué hay de nosotros? ¿Cuál será la actitud que tomaremos? ¿Nos dejaremos llevar por prejuicios? Muchos podrán decir que no, pero remitiéndonos a nuestra realidad diaria ¿Qué cruzará nuestra mente al mirar a nuestros compañeros de otras facultades? ¿los de ciencias? ¿los de educación? ¿los de arte? ¿entenderemos que a pesar de nuestras diferencias, nuestros gustos, nuestras preferencias somos todos parte de la familia de la PUCP? ¿Qué a pesar de todo, estamos hechos a partir del mismo molde y todos pertenecemos y sucumbimos a la compleja condición humana que nos define e impulsa?
Alumno: Iván Adrian Vargas Párraga 20095288
Bibliografía:
Myers, D. (2005) Psicología (7º Edición). Buenos Aires:Editorial Méxicana Panamericana. Capítulo 18: La psicología social
Iván bien.
ResponderEliminar