En este artículo voy a referirme a un tipo de personas con una conducta bastante peculiar: los conocidos perfeccionistas. Ciertamente, no estoy pensando en quienes realizan sus tareas o labores concienzudamente, con sentido de responsabilidad y empeño (“normales”), sino a los que llevan a un nivel extremo esos aspectos. Como intentaré explicar, hay un principio de trastorno o desorden detrás que, en buena medida, conlleva a esa conducta. Daré cuenta de en qué consiste el mismo y además de cómo puede afectar sobre la vida misma.
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Para efectos de este texto: entiendo la aludida tendencia exagerada y excesiva (“patológica”) de alcanzar un objetivo o hacer una tarea que sean considerados perfectos por el autor como una FORMA PARTICULAR de MANÍA OBSESIVA.
Lo que sucede con los “perfeccionistas” obsesivos es que incesante y permanentemente están buscando hacer o arreglar algo (los trabajos de la universidad o las exigencias del centro laboral, por dar un par de ejemplos) al punto de “alcanzar” un nivel de perfección que satisfaga esa necesidad por la misma. Sin quererlo, quedan sujetos en una dinámica fatigante que parece de nunca acabar.
Ahora, ¿de qué manera puede afectar este desorden psicológico sobre el bienestar de los que lo tienen? Sería conveniente hablar de grados de obsesividad/compulsividad, así como de las características de los entornos en que se desenvuelven. Pero a grandes rasgos se podría afirmar que este tipo particular de desorden implica una pérdida significativa de esfuerzo y tiempo que normalmente se dedicarían a invertirse en una serie de actividades de vital importancia. Por ejemplo, puede llegar a perjudicar las relaciones sociales del afectado en tanto opta por dedicar de lleno tiempo y esfuerzo a una actividad determinada, descuidando así las tales relaciones. En ese sentido, este tipo de desorden, en un nivel agudo, termina por bloquear o entorpecer el desarrollo de las capacidades de la persona y, con ello, su realización humana.
Nombre: Marco Andrés Ponce Enríquez
Código: 20068155
sábado, 21 de noviembre de 2009
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