domingo, 1 de noviembre de 2009

Nuestras motivaciones: Factores decisivos para el futuro



Usualmente tenemos en nuestra cabeza el estereotipo de que aquella persona que se interesa mucho en los cursos, que lee las lecturas extras que dejan los profesores, que no se conforma con la información brindada sino que investiga por su cuenta es un retraído, un antisocial, una persona que “no tiene vida”, o simplemente un nerd. Al ver a un compañero que siempre está leyendo o investigando y se interesa realmente por los temas que a nosotros simplemente no nos llamaron la atención tendemos a encasillarlos en estereotipos preconcebidos, pero lo que no nos hemos puesto a pensar es en las motivaciones que esta persona tiene para ser tan empeñosa y estudiosa.



Estos pueden ser muy extensos y variados, por ejemplo conseguir el amor y reconocimiento de unos padres desinteresados o, por el contrario, buscar una manera de poder recompensar todo el esfuerzo y la confianza que sus padres han depositado en él o ella a lo largo de los años. Pueden apuntar a la esperanza inconciente de una mejora en su autoestima, tan debilitada y dañada durante la infancia, o en cambiar la imagen de rebelde, relajado e irresponsable que tuvo durante su época escolar y conseguir ese reconocimiento de los demás, el logro.

Como vemos, se pueden plantear muchos y diversos escenarios y encontrar gran cantidad de motivaciones para aquella persona pero la verdadera pregunta es ¿cuáles son NUESTRAS motivaciones? ¿Qué nos motiva a venir a la universidad? Si nuestro paso por la universidad es tan importante porque aquí nos formamos como futuros profesionales, es muy probable que nos hallamos planteado la siguiente pregunta al menos una vez: ¿Hemos escogido la carrera correcta? Y otra pregunta se desprende a su vez de esta: ¿Qué nos motivo a escoger la carrera que escogimos?


En mi experiencia personal, he escuchado a varios amigos tener ciertas dudas acerca de sus carreras, a algunos que realmente detestan sus carreras y quisieran cambiarse y a otros que ya lo han hecho. Esto se debe principalmente a las motivaciones en las cuales se basaron para escoger sus carreras, algo tan importante no debería ser tomado como un juego. Las carreras son aquello que vamos a desempeñar probablemente durante el resto de nuestra vida, por eso su elección debe ser seria y no tomada a la ligera. Frases como: “La paga en ese trabajo es muy buena”, “Toda mi familia ha seguido esa carrera”, “Mis padres me están obligando a seguir esa carrera” o, aunque cueste creerlo, “Escogí mi carrera porque el nombre sonaba interesante” refleja la poca reflexión que se ha hecho sobre este tema tan vital e importante.



Como hemos visto la motivación juego un rol vital durante la etapa universitaria y el futuro profesional, puede marcar la diferencia entre un profesional eficiente, exitoso, contento con su trabajo y con lo que hace, y uno mediocre, desmotivado, aburrido de su trabajo y conciente de que realizará la labor que tanto le fastidia por el resto de sus días.


Alumno: Iván Adrian Vargas Párraga 20095288

Bibliografía:
Myers, D. (2005) Psicología (7º Edición). Buenos Aires: Editorial Médica Panamericana. Capítulo 12. La motivación y el trabajo.

1 comentario:

  1. Iván este es un buen post y contundente para todos aquellos que sólo basan sus motivaciones en el éxito económico y el reconocimiento (ambas motivaciones extrínsecas).

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