domingo, 22 de noviembre de 2009

UNA MIRADA SOBRE LOS INSULTOS RACISTAS EN EL TRÁFICO: UNA MEZCLA DE PREJUICIO SOCIAL Y DE ERROR DE ATRIBUCIÓN FUNDAMENTAL

En el Perú, lamentablemente, el problema de la discriminación racial continúa operando. Si bien ha habido un relativo progreso (producto de la cada vez más fuerte extensión e internalización de valores democráticos), no parece desterrarse fácilmente de la mentalidad colectiva peruana. Una evidente manifestación de esa permanencia son los infaltables insultos racistas que tienen lugar en el tránsito vehicular de la capital.
Quiero explicar cómo se conjugan dos elementos, a saber, el prejuicio social y el error de atribución fundamental, en la elaboración de esos bajos insultos. Acerca del prejuicio, puedo comenzar diciendo que es un concepto u opinión injusto que se tiene de alguien a quien no se conoce cabalmente. En el caso que estamos tratando se trata del prejuicio sobre una colectividad (por ejemplo, los descendientes de migrantes andino). Este prejuicio particular proyecta una imagen devaluada, limitada del discriminado. Lo visto hasta aquí puede considerarse como el fondo o contenido del insulto racista.
Ahora voy a referirme al error de atribución fundamental. Myers lo define como la tendencia a darle una desmesurada importancia a la influencia de la personalidad en desmedro al impacto de la situación, al momento de explicar el comportamiento de las personas. En lo que cuadran esta definición y lo que propongo es en la lógica de no considerar la situación y resaltar algo inherente al discriminado (que para el caso que refiero, ciertamente, es injusto). En efecto, quienes insultan piensan que aquellos a quienes ofenden, por ejemplo, se encuentran en una condición intelectual pobre y lamentable.
Estos son, pues, dos elementos, entre otros, que uno puede identificar respecto de ese lamentable fenómeno.

Nombre: Marco Andrés Ponce Enríquez
Código: 20068155

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